En los últimos años los implantes dentales están más en auge y se han convertido en un tratamiento restaurador habitual en la practica clínica, por lo que debemos tener en cuenta su funcionamiento, complicaciones y cuidados para que sea un tratamiento de éxito a largo plazo.
Después de la colocación del implante y una vez puesta la prótesis definitiva debemos saber que al ser estructuras externas no tienen defensas propias para defenderse de los patógenos que habitan en la cavidad oral, por lo que hay que cuidarlos de manera más minuciosa y así evitar las posibles complicaciones.
¿Qué riesgos tienen los implantes dentales?
Las principales causas de complicación o pérdida de un implante se puede deber a:
– Periimplantitis: Es una infección crónica inflamatoria que afecta a los tejidos que rodean y soportan el implante, es decir a la encía y el hueso. Esta infección se debe a la acumulación de bacterias en forma de sarro y placa bacteriana como consecuencia de una higiene bucodental inadecuada.
Por lo general es una enfermedad silenciosa ya que suele ser indolora y puede llevar a la perdida del implante.
– Bruxismo o mal oclusión: una carga excesiva a la masticación o el apretamiento provocan un trauma oclusal sobre el implante que puede derivar en aflojamiento de tornillos o fractura de la prótesis y o el implante.
– Tabaco: su consumo aumenta el riesgo de perder hueso alrededor del implante.
¿Qué cuidados hay que tener con los implantes?
Tras realizarse un tratamiento con implantes dentales resulta fundamental mantener una correcta higiene bucal diaria, así como realizar las visitas de revisión y mantenimiento periódicas en la clínica dental, de esta manera disminuiremos los riesgos de complicación con los implantes.
Además, siguiendo los siguientes pasos favorecemos una larga vida del implante:
– Cepíllate correctamente como mínimo 2 minutos con una pasta y un cepillo adecuado.
– La limpieza interdental es fundamental, utiliza los cepillos interdentales y el hilo dental para completar el cepillado.
– El irrigador también resulta muy útil a la hora de eliminar placa bacteriana.
– Renueva tu cabezal o cepillo cada 3 meses o si ves que se ha deformado antes; unas cerdas defectuosas disminuyen la efectividad y calidad del cepillado.
– Y si tienes necesidad, utiliza un enjuague especifico que te ayuda a darle un plus de protección a las encías.
– No te saltes las revisiones cada 6 meses, ayudara a controlar cualquier posible complicación.
Y recuerda, la prevención es la mejor herramienta.
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