¿Por qué roncamos?

El ronquido es un sonido producido por la vibración de los tejidos faríngeos provocada por el estrechamiento de los músculos de las vías respiratorias.

Se estima que aproximadamente la mitad de la población adulta del mundo ronca, y uno de cada 10 niños también lo hace. Y aunque se toma como algo normal no lo es.

Es común que una persona descubra que ronca a través de otra persona, generalmente familiares o alguien con quien duerme.

Vale la pena recordar que los hombres tienden a roncar más que las mujeres. Esto se debe a que su faringe es más grande y tiene mayor capacidad para colapsar.

Pero los ronquidos no son sólo señales de que algo anda mal o que conduce a problemas sociales con quienes duermen cerca. La salud física, mental y social de quienes roncan también puede verse muy afectada. Recordemos que la mala calidad del sueño está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, trastornos depresivos y otros problemas relacionados con la salud.

¿Qué es el ronquido y cuáles son sus efectos?

La anatomía de nuestras vías respiratorias superiores está formada por la nariz, la faringe y la laringe. Y los ronquidos no son más que aire que pasa por un lugar donde se estrecha la vía aérea superior. Con este estrechamiento se produce una reducción del flujo de aire que perjudica la oxigenación durante el sueño, llegando en algunos casos al bloqueo total (la llamada apnea).

El ronquido puede estar asociado con la apnea obstructiva del sueño, una patología preocupante que puede tener consecuencias cardiovasculares graves, como infarto agudo de miocardio, arritmia, accidente cerebrovascular e hipertensión de difícil control.

Factores  que influyen el ronquido

  • La flacidez muscular
  • Cambios en el cierre faríngeo
  • Cambios hormonales: como los que se producen en la menopausia, embaraz
  • La anatomía del cuello, como tener una garganta estrecha o muy larga.
  • Amígdalas agrandadas
  • Antecedentes de enfermedades alérgicas (bronquitis, rinitis, sinusitis, etc.)
  • Enfermedades respiratorias que dificultan la respiración por la nariz, adenoides, tabique nasal desviado
  • Obesidad
  • El uso de sustancias que provocan una mayor relajación muscular, como el alcohol, los ansiolíticos y los relajantes musculares.
  • Imperfecciones anatómicas en la arcada dentaria
  • Uso de chupete
  • La posición en la que se duerme: dormir boca arriba puede provocar ronquidos porque la lengua dentro se sitúa más atrás.

Este cuadro suele asociarse con malas noches de sueño.

¿Cómo se diagnostica?

En primer lugar, es importante recalcar que solo un profesional de la salud especializado debe diagnosticar y tratar la causa de los ronquidos, como un otorrino o un médico que se especialice en medicina del sueño. El tratamiento y el diagnóstico también pueden involucrar a otros profesionales de la salud, como fonoaudiólogos y odontólogos.

Para realizar el diagnóstico se necesita una historia clínica detallada y el médico valorará según el caso si realiza una laringoscopia, o una prueba para diagnosticar trastornos respiratorios del sueño para observar el sueño del paciente roncador y evaluar el comportamiento,si existe agitación, despertares nocturnos, dificultad para respirar, patrón de ronquido, intensidad, posición del cuerpo, etc.

¿Cómo tratar los ronquidos?

El tratamiento depende de la causa y puede involucrar múltiples profesionales de la salud. Así que en función del diagnóstico se pautará un tratamiento u otro. Éste puede ir desde un cambio en la posición de dormir (ponernos de costado) y elevar el tronco (una almohada alta) al uso de corticoides nasales, y extirpar las amigdalas y/o adenoides en algunos casos.

En aquellos casos en los que exista una apnea obstructiva moderada o severa, puede ser necesario el uso de una máquina para dormir que nos ayude a mantener abriertas las vías respiratorias.

Todo ello puede ir acompañado de recomendaciones de cambios en el estilo de vida,como bajar de peso en caso de pacientes obesos, dejar de fumar y tratamientos para alergias y enfermedades respiratorias (si esta es la causa asociada a los ronquidos), practicar actividades físicas, mantener la presión arterial bajo control y realizar ejercicios que fortalezcan la estructura de la garganta.